En el marco de la escalada de tensiones en el enclave fallecieron 158 palestinos --103 de ellos civiles-.Durante la ofensiva fueron atacados múltiples edificios civiles, entre ellos viviendas, sedes gubernamentales y edificios de prensa, bajo el argumento de la presencia de milicianos en los mismos, lo que ha provocado una oleada de condenas por parte de las ONG internacionales contra estas acciones, consideradas como un crimen de guerra.
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En cambio un "petardo" lanzado desde Palestina es un acto de guerra con unos destrozos y unas víctimas inasumibles.