Ir a cara descubierta permite interactuar de una manera mucho más directa con los demás y ayuda de una manera determinante, casi inevitable, a buscar la amabilidad. Ya sólo el hecho de recibir el aire en la cara, de sentir el frio y el calor, los aromas y los hedores, los ruidos y los rumores, nos hace ser más sensibles y estar mejor predispuestos a entendernos con el entorno, con los demás...

Comentarios

Ratiosu

¿Y si tenemos un cabriolet qué?