Hace 11 años | Por Alvar a lahaine.org
Publicado hace 11 años por Alvar a lahaine.org

"Bueno vale, pero ¿qué hacer? Lo que debemos hacer es convertir en práctica transformadora una línea política justa, es decir, que huya tanto del oportunismo como del sectarismo. Naturalmente, esto no es fácil. Si defiendes sólo el posibilismo, refuerzas el status quo y nada cambia. Si defiendes sólo el utopismo, caes en la marginación política. Es hora de que el pueblo se organice al margen de las instituciones. Es hora de la solidaridad y del apoyo mutuo. Tenemos un porvenir. Tenemos alguien con quien hablar, alguien que piensa en nosotros"

Comentarios

D

Banqueros, políticos, Amancios Prada, Botines, etc. a la cárcel de por vida. Si no hay una condena contundente para la gentuza, no habrá paz ni justicia.

repapaz

#3 Mmm... El pobre Amancio Prada ( http://alparaiso.com/es/wp-content/uploads/2011/05/armando.jpg ) ¿qué te ha hecho...?

D

#4 Jeje, lapsus.

Amalfi

Vamos a ver el bipartidismo que existe hoy en día no sólo en España, siempre ha funcionado medianamente bien, lo que hay que hacer es cambiar el sistema de votación y en vez de ser listas cerradas abiertas así nos quitaríamos a muchos políticos de mierda.

La revolución depende de que ideales tenga la revolución si para el pueblo pero nunca pasa eso.

Alvar

#1 Con eso no se arreglaría nada, el saneamiento de la democracia no pasa por hacer un voto ecuánime, sino porque los votantes tengan la suficiente capacidad de discernimiento y empoderamiento para tener capacidad coherente de decisión política. Ecualizar el voto sólo serviría para que más gente participe en la estafa. Sanear la democracia pasa por supuesto, por un sistema de votación más justo y equilibrado, pero se queda corto, pasa también por un reparto de las cuotas de poder entre la población (de nada sirve votar proporcionalmente si por ejemplo los grandes medios nos siguen engañando y siguen siendo los voceros de los intereses financieros), pasa también por una democratización económica, poniendo la economía al servicio del pueblo y de los ciudadanos y no al revés (no se puede ser libre si tu jefe te tiene esclavizado laboralmente). Por último pasa por un proceso de creación de soberanía popular al margen de las instituciones y de un claro carácter asamblearia para evitar los apoltronamientos y las corruptelas.