#42 Pues si y no. Si te pegas con un pitbull con un bate de baseball lo tienes difícil. Si te enfrentas a tres pitbulls, como en la noticia, con un bate de baseball eres comida para perros.

Sobre los perros te diré que una vez atendí a un hombre al que le había mordido un pitbull a la altura de la muñeca. Tuvo mucha suerte ya que lo mordió y no desgarró. Era un tipo fuertote de ese tipo de gente que realiza trabajos físicos. Pues el hombre este lo golpeó en la cabeza y lo sacudió tratando de librarse de el. Lo único que consiguió fue que el perro mordiera más fuerte desgarrarse los tendones de la mano, con lo que los dedos y la mano dejan de moverse. Al final el dueño hizo que el perro lo soltara. Pues bien este señor en una sólo mordida que duró unos segundos perdió la movilidad de la mano, le desgarró 4 tendones, sufrió una fractura en el cubito y fisuras en el radio y se llevó más de 40 puntos. Un consejo, ni te acerques a tres pitbulls con un bate de baseball.

Sobre la pistola y el bate. Las películas han trastornado la visión de la gente. He visto heridas de bala y traumas por impacto de objetos contundentes, cachiporras, mazas, martillos, bates, etc. Si un hombre con una fuerza normal te golpea con algún objeto de estos produce un trauma brutal. Los martillos en el cráneo son tan mortales como un arma en la cabeza. Un golpe en la espalda con un bate te fractura varias vertebras si alcanza la columna, y probablemente te deje paralítico. Un golpe en el hombro con una cachiporra te machaca la clavícula. Son heridas graves con mucha afectación al tejido muscular y con de rotura de vasos sanguíneos, por lo que te puedes morir desangrado. Son frecuentes las muertes por hemorragia interna como consecuencia de golpes en el estomago que provocan la rotura del bazo. En cambio las heridas de bala suelen ser bastante limpias, al menos las que yo he visto, se suelen curar bien, de un modo sencillo y con muchas menos secuelas que las que dejan los objetos contundentes. Que normalmente requieren varias cirugías de trauma para tratar de arreglar el desastre. Lo de golpear a alguien con un bate, que se quede inconsciente y al rato se levante dolorido sólo pasa en las películas, en la realidad el tipo golpeado si tiene suerte se despierta en un hospital donde pasa varios días.

Es mucho más fácil fallar con un bate, un palo o una porra que con una pistola. Si lo piensas un segundo te darás cuenta. Veamos los dos supuestos:

-Supongamos que tienes un bate y te acercas para salvar al niño. Estarás nervioso con un golpe de adrenalina tremendo porque estás arriesgando tu vida al acercarte a un perro, que está tratando de matar a alguien delante de tus narices. Hay sangre por todas partes, el perro tiene la cara y el cuerpo ensangrentados y está en modo muerte. Con la adrenalina que produces tu pulso temblará varios centímetros. Te acercas arriesgando tu vida y te encuentras que tanto el perro como el niño se mueven sin parar, el niño se retuerce por su vida y el perro ataca como un loco. Esperas a tener una buena oportunidad de golpear al perro, sin que el bate rebote y golpee al niño. Es muy difícil, ambos están en el suelo y se mueven constantemente. Viendo que el perro va a matar al niño, o que puede soltarlo y atacarte a ti, te decides a golpear. Golpeas con fuerza pero el perro agita la cabeza para tratar de arrancar la carne del niño. En vez de golpear en el centro de la cabeza el bate golpea en el ojo izquierdo del perro y sigue su trayectoria golpeando el pecho del niño, al que le fractura varias costillas que le perforan un pulmón. El perro suelta al niño, su ojo izquierdo ha desaparecido, la órbita está destrozada y tiene el cráneo fracturado. Al principio está atontado pero unos segundos después te mira por el ojo bueno y mientras tu hechas el bate hacia atrás, preparándote para luchar por tu vida, 45 kilos de puro músculo y loca furia asesina saltan a por tu cuello...

-Supongamos que tienes una pistola, en una película te pararías a 9 metros, apuntarías un rato mientras el niño y el perro se debaten y dispararías rezando por darle al perro. En la realidad pasa esto: un policía local que nunca ha sacado la pistola en su vida, y que de disparar sabe más bien poco, ve a una mujer en el suelo atacada por un pitbull. Echa a correr hacia ella, llega a un par de metros y se para. Saca la pistola, jadea y le tiembla el pulso, malamente comprueba que quitó el seguro. Entre los nervios, la falta de aire y el tembleque ni piensa en disparar desde donde está. Le echa cojones, se acerca el perro por detrás apoya la pistola en el perro, de forma que si la bala lo atraviesa no le de a la mujer y dispara. El disparo es tan rápido que el perro no puede reaccionar. No sabe que le ha herido, suelta a la mujer y se revuelve tratando de librarse de lo que le está mordiendo en el costado, la bala. El policía se sitúa entre la mujer y el perro y dispara otras tres veces. Dos balas fallan y otra alcanza al perro en el pecho. El perro cae al suelo agonizando. El policía para que no sufra, y asegurarse de que no le ataca otra vez, apoya la pistola en la cabeza del perro y dispara.

Llega la ambulancia y se lleva a la mujer y al policía, que sangra por una pierna. Una esquirla de bala rebotó en una piedra y acabó en su pierna. Cuando mi compañero lo atiende en urgencias aún le tiemblan la voz y las manos por la tensión y la adrenalina. Así con una voz temblorosa y agitada le cuenta al médico, mientras este le quita la esquirla y le da un par de puntos, como mató a un perro y salvó a una mujer. Antes de irse le enseña la pistola algo oxidada y le dice: "A mi me enchufo mi suegro en la municipal, nunca me gusto la cosa esta...Hasta hoy". Esta historia es verídica o así me la contó al día siguiente el médico que lo atendió.