Publicado hace 10 años por --175549-- a noticias.lainformacion.com

Se llamaba Nelson Mandela y por entonces aún era un completo desconocido para la mayoría de la población mundial. Él probablemente no sospechaba que décadas después obtendría el premio Nobel de la Paz y sería admirado en el mundo entero, mucho menos después de pasar a la lucha armada con la fundación del brazo armado de la organización nacionalista Congreso Nacional Africano (ANC) solo unos meses después de la histórica entrevista de aquel 21 de mayo.

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Lado oscuro?Relacionada http://www.rebelion.org/noticia.php?id=170441
Pero hay dos nudos que, en estos días difíciles para todos, no acostumbran a recordarse. Muy brevemente:
En marzo de 1960, tras la Masacre de Sharpeville el PAC, el Congreso Nacional Africano, inició la resistencia armada contra el régimen del apartheid. Fue en la Conferencia Pan-Africana de 1961, cuando Mandela hizo una dramática llamada a la lucha armada y anunció la formación del "Umkhonto we Sizwe" (Lanza de la nación). El grupo armado fue dirigido por el propio Mandela. Relacionado directamente con actividades de resistencia, el ex presidente de la República Sudafricana pasó a ser considerado un terrorista. No sólo por las autoridades racistas del odiado régimen del apartheid sino incluso por la ONU.
Nelson Mandela jamás ha renunciado a ese pasado, a ese momento de su historia y del devenir de la lucha de su pueblo.
La segunda nota (innecesaria) es aún más breve: Nelson Mandela fue militante y dirigente del Partido Comunista Sudafricano [2]. ¡Del Partido Comunista! Nunca se autocriticó por esa militancia, desde luego, nunca. También ese compromiso es parte de su historia y de la Historia de su pueblo.
¡Que el tiempo de vida del revolucionario, del internacionalista, del presidente sudafricano, del que es ejemplo para todos los pueblos del mundo, no sea invadido por prolongaciones artificiales odiosas y antihumanas!
PS: Inevitablemente, hablar de Mandela es hacerse una pregunta que se clava en el alma de todas y todos los antifranquistas españoles: ¿cómo es posible que un reconocimiento así (o un reconocimiento similar) no exista (o apenas exista) en el caso de nuestros numerosos Mandelas, de personas como Marcos Ana, como Miguel Núñez, como Neus Català? ¿Por qué seguimos siendo diferentes también en este nudo esencial? ¿Cómo construir un país donde rija la dignidad y la justicia con estos olvidos tan odiosos?