Los cuentos enseñan a los niños que luchar contra las dificultades de la vida es algo inevitable, intrínseco a la existencia humana; si no la rehúyen, si se enfrentan de forma resuelta con las situaciones inesperadas y a menudo injustas, dominarán todos los obstáculos y al final saldrán victoriosos. Bruno Bettelheim usó los cuentos con fines terapéuticos para paliar los traumas de los niños que pasaron por campos de concentración nazi.