Hace 17 años | Por josval a jazztelia.com
Publicado hace 17 años por josval a jazztelia.com

Ahora que la F-1 se ha puesto de moda y que marca records de audiencia, una anécdota de hace unos años. Un Tyrrel de 6 ruedas, cuya idea básica era ofrecer menor resistencia al aire al ser las ruedas más pequeñas. Revolucionario en su tiempo, pero se demostró que no ofrecía ventajas sobre los tradicionales.

Comentarios

akiv

Yo lo tuve en el excalestric... Qué tiempossss...

D

¿Tyrrell Corporation? pues mejor que diseñe F-1 a que nos fabriquen replicantes, por si las moscas.

jonolulu

Se diseñó así para paliar el subvirje, ganar superficie de contacto y reducir la resistencia aerodinámica (ruedas de menor diametro)

Ya me gustaría ver a los mecánicos de Fernando Alonso hacer un pit stop con este coche lol

ElBrujo

#1 Yo todavía lo tengo en Scalextric, además al piloto le he pintado el casco de Senna porque es el coche que uso para las carreras de F1. Con treintaydos años y todavía jugando con cochecitos... ¿cuándo creceré?

beli

jajajajaja...

beli

Por cierto entonces no se entraba en boxes ni a repostar ni a cambiar ruedas. La carrera era del tirón, como las de motos.

el-aleman

Yo vi el debut.

noctuido

Con lo que a mi me gustaba la F-1 de pequeño y lo que ha fastidiado RTVE reteniendo los derechos de retrasmisión y no dando una sola retrasmisión durante años. Aunque lo de las 6 ruedas lo recuerdo por documentales posteriores, no porque lo recuerde verlo en directo.

D

Un F-1,5 , entonces.

D

Recuerdo esos mazos de cartas con las características de los coches, en los que competías con otro escogiendo la que pensabas que era la mejor carácterística de tu carta frente a la suya (mayor potencia, mayor velocidad punta, menor peso, nº de marchas)

Este era el rarito de las 6 ruedas.

m

#1 Yo tambien tengo ese coche, aún lo conservo como #12, pero no juego, lo tengo guardado cogiendo polvo.
Debo tener pistas para llenar un polideportivo, mías y de amigos que las dejaron en mi casa. Cuando era un enano mis amigos se traían sus pistas a mi casa y nos montábamos unos megacircuitos de varios pisos en el patio (es lo bueno de vivir en un pueblo).
Madre mía, qué recuerdos. Y qué carreras.