Hace 9 años | Por Vengatore a lamarea.com
Publicado hace 9 años por Vengatore a lamarea.com

A Gabriel García Márquez todo se lo perdonaron. Hasta ese infame último libro: Memoria de mis putas tristes, apología de la violación, la misoginia y la violencia contra las mujeres que recibió el mismo aplauso de los caballeros del canon que sus magníficas obras anteriores. Sin duda, García Márquez fue un genio de la literatura, un maestro del reportaje y un artista de la palabra pero eso no le hacía un gran hombre, sí un gran, enorme, escritor.

Comentarios

D

No he leído ese libro todavía y tendré que hacerlo antes de opinar pero por lo que conozco de Gabriel García Márquez me parece que el artículo patina bastante, juzgando al autor por lo que hacen sus personajes y pretendiendo censurar algo que sucede realmente, nos guste o no. Los ancianos, y las ancianas, tienen deseos sexuales como todos los demás y también se enamoran, a veces los sistemas morales o económicos de determinados lugares permiten traspasar líneas rojas. Me parece una reflexión interesante y ahora tengo más ganas que nunca de leerlo.
También me considero feminista pero la realidad es que a muchas feministas se les va bastante la cabeza a veces en sus causas.

D

#1 Totalmente de acuerdo contigo. Hay algo que me preocupa actualmente, y es que lo políticamente correcto se está filtrando a todos los estratos culturales, como la única opción posible, y está convirtiendo campos como el arte plástico, la música, o la literatura en una especie de corralitos donde, algún día sólo se va a poder hablar de lo bonito que es todo y de lo bien que lo pasamos todos juntos. No sé; a mí, personalmente, imaginarme semejante perspectiva me da acojone. Me recuerda a 1984.

Me da la impresión de que la autora se deja llevar por sus emociones en el artículo; el libro no le gustó, le pareció una aberración misógina, y además asumió que Márquez es la misma persona que su protagonista, lo que me parece una deducción temeraria como poco. Así que no meneo.

nilien

Es un tema interesante el debate ése de separar el mérito de la persona del de artista o genio. Ahora mismo, en un mundo hiperconectado, cada dos por tres se llama al boicot de tal o cual persona porque en su vida privada ha hecho o podido hacer alguna barbaridad. Ahí los casos de Woody Allen, Roman Polanski, y ahora Bryan Singer. Eso no le quita mérito artístico a sus respectivas obras, pero en el presente resulta más difícil separar una cosa de la otra. En contraste, anda que no admiramos a asesinos a sangre fría, como poco, entre los artistas del Renacimiento y del Barroco, por ejemplo (Cellini, Caravaggio y otros). Aunque claro, eran otros tiempos. Pero esas facetas las dejamos un poco en el olvido, parece que intencionadamente, no se nos vaya a estropear la imagen idealizada que tenemos de ellos, y el negocio derivado correspondiente. Por no mencionar los grandes tesoros de la antigüedad que se deben prácticamente a genocidios, como las pirámides egipcias o la gran muralla china...

p

El libro no es políticamente correcto hoy, pero esa era la realidad hace 50 años (o menos)

Otramas

Yo lo leí, gran admiradora del García Márquez de "Cien años de soledad",los cuentos completos, etc.
Me pareció una novelita vomitiva, físicamente, me revolvió las tripas el desprecio hacia las mujeres que destila la obra. Deseé la muerte a su protagonista, un repugnante violador pederasta.

Dicho esto, creo que debemos separar los autores de sus obras. Nada tiene que ver, por ejemplo, que Picasso fuese un maltratador y un ser humano penoso, mezquino y cruel, con la calidad de su pintura o el hecho de que dibujase como los ángeles.
Además, la libertad de crear es también la libertad de crear personajes monstruosos, de plasmar con pigmentos, imágenes o palabras actos que jamás cometeríamos