#28 Te voy a contar un secreto: hay quienes por cinco segundos de gloria venderían a su madre, a su padre y a toda su descendencia presente y futura.

¿A qué viene esto? Pues mira, a que he vivido en propia carne situaciones más graves que las ocurridas en esta noticia, y he visto los mismos gestos intencionados en la prensa. ¿Cómo cuales? Por ejemplo, los atentados del 11M.

Cuando ocurriendo aquellos sucesos yo formaba parte de un servicio de emergencias, y fui de los primeros, que no el primero, en acudir a uno de los focos por proximidad de residencia. A mi llegada había presentes personal y vehículos de otros servicios, pocos, pero estaban allí ya trabajando. Pese a que por servicio, cargo y experiencia me correspondía hacerme cargo hasta la llegada de un superior, me puse a disposición de quienes con mayor formación ya se encontraban atendiendo en el punto. Y lo que hice fue ayudar en la clasificación y evacuación de heridos durante esos primeros momentos, hasta pasar por diferentes actividades y focos en toda la mañana.

Podría contarte mucho sobre lo que ocurrió entonces, y las mentiras que se orquestaron desde medios afines y detractores. Pero lo que toca por relación con el suceso es la historia de un compañero que llegó poco después que yo. A este compañero me lo encontré tras una evacuación por seguridad del punto. Parecía venir de su coche, aparcado a escasos metros, y poniéndose el chaleco del servicio al que pertenecíamos, lo que hubiera estado tan bien como cualquiera de los compañeros que se fueron incorporando a posteriori. Pero él me dijo que venía de dentro del tren, que había llegado el primero, que se había metido a sacar heridos, y que estaba lleno de niños. Como lo lees: niños.

Hoy todos sabemos que aquél día se celebraba una huelga de estudiantes. Y que pese a haber menores, no eran ni mucho menos algo que destacase por cantidad y/o gravedad.

Si todo se hubiera quedado ahí, sería un comentario entre compañeros debido a saber qué. Quizás los nervios le hicieron ver lo que no era, quizás no quería parecer que acaba de llegar, quizás no quería dar a entender que se sentía superado por la situación, como cualquiera lo hubiera estado.

El problema es que este compañero tenía contactos en prensa. Este compañero era amigo de políticos interesados en vender una historia. Este compañero vendió su historia a la prensa a página completa contando lo que había visto y vivido. Contó lo de los niños, otra vez, aunque ya se conocían los datos oficiales. Contó que había llegado primero, cuando los primeros en llegar fueron de otros servicios simplemente por proximidad y vecindad —los conozco a muchos—; contó que se hablaba de que había sido ETA, cuando los TEDAX con los que tuve la oportunidad de trabajar aquél día ya en los primeros 20 minutos —posiblemente antes— ya habían descartado esa opción.

Aun hoy perduran muchas de sus mentiras, interesadas por cierta prensa y cierta política, pese a haberse demostrado que eran falsas. Aun hoy se utiliza el argumento de que hubo personas, como él, que entonces declararon lo que declararon, aunque se haya demostrado que no hay sostenimiento de sus declaraciones.

Desde entonces ni creo en la prensa, ni creo en nuestros políticos —bueno, en ellos no creía desde hace tiempo—. Tenemos un suceso donde muchas personas, haciendo uso de las redes sociales, mencionan haber estado bloqueados por una hora —que igual fueron 45 minutos por eso de que cuando uno está agobiado el tiempo parece pasar más lento—, y publican pruebas gráficas al respecto. Y en prensa aparecen declaraciones de personas sueltas que dicen lo contrario.

Lo único que puedo concluir en frío es que alguien miente. Por lo que sé ahora mismo podría ser cualquiera de los dos grupos, e incluso ambos. Por experiencia tengo que inclinarme a pensar que quizás quienes aparecen en prensa tienen su intención de sus cinco segundos de gloria; o creen haber entendido una cosa cuando era otra; o como decía antes, venderían a cualquiera antes de reconocer, por ejemplo, que aquello que siempre han defendido no es tan bueno como se creían —a gestión del transporte público de Madrid, la gestión política autonómica en este caso, etc.—