Un hombre tira a una perra preñada por encima de la valla de un refugio animal de Cambados

Pobre chico.

Siempre que pasaba por la verja del refugio se preguntaba si él algún día podría tener un perro. Sin trabajo, sin casa, sin futuro, en casa siempre se lo habían negado. Aquél día, se encontró a esa simpática perra abandonada por la calle, no pudo evitarlo y estuvo jugando con ella todo el día. La llamaba Neni, y la perrita le seguía, se habían caído bien. A medida que el día avanzaba, se daba cuenta de que habría problemas. En casa de sus padres no podría tenerla, él lo sabía, pero aún así trató de convencer a su madre una vez mas. A la hora de la cena, se presentó con Neni.

-No puede ser, ya lo sabes, papá no quiere. Después de cenar, te la llevas. Aquí no puede estar.

La respuesta sólo le dejaba una opción. Tras un último paseo juntos, unas carreras y unos abrazos, se puso la capucha para burlar la cámara que sabía que había en la entrada del refugio, cogió a Neni de la manera mas dulce que supo, se encaramó a la verja y trató de soltarla de manera que la pobre sufriera lo menos posible.

-Allí estará bien- se dijo, mientras se alejaba, tratando de evitar las espinas solitarias que trufaban el camino de vuelta a casa.

A la mañana siguiente, cogió el dinero que tenía ahorrado para ir al Rototom con sus amigos y lo llevó al refugio para tratar de acallar el llanto de su alma.

C/C #3

#12 Además la perrita enseguida se levanta y se pone a caminar, no creo que se haya hecho demasiado daño, digo yo... aún así, me parece más cobarde que llamar a la puerta y entregarla pero menos que abandonarla en un descampado.