Traducción:

El BBVA, el Banco Santander y Bankia financian el fabricante de explosivos más grande de España

En Cataluña, Maxam tiene un polvorín de dinamita en la Anoia y una fábrica de ácido nítrico en Tarragona


Camiones de Maxam / ARCHIVO
Camiones de Maxam, en la nieve / ARCHIVO
El BBVA, el Banco Santander, Bankia, Barclays y HSBC, y 11 bancos españoles e internacionales Además, han concedido un crédito de 450 millones de euros al fabricante de explosivos más grande de España, MaxamCorp Holding. En Cataluña, la antigua Unión Española de Explosivos es la propietaria del almacén de dinamita de la Anoia y de una fábrica de ácido nítrico para producir explosivos en Tarragona. Una de sus filiales, Expal (Explosivos Alaveses), suministra material militar a ejércitos de todo el mundo, incluyendo los de Turquía y de Israel, y fabricó minas antipersonas.

A preguntas de CRÍTIC, Maxam no ha querido hacer públicos los nombres de los 16 bancos que han participado, pero sí ha dado a conocer los coordinadores de la operación, que han sido el BBVA, el Banco Santander, Bankia, Barclays y HSBC . Según explicaba la compañía en el diario Expansión, la operación se ha podido llevar a cabo gracias a la mejora de las condiciones del crédito que ofrecieron los bancos. Maxam también interpretaba en un comunicado publicado en el verano pasado que estos bancos "refuerzan su apuesta y confianza en la compañía". Este es el crédito más elevado que ha recibido Maxam en los últimos años. Pero en 2013 la empresa ya percibió un préstamo sindicado de 280 millones de euros liderado por los bancos BBVA, Banesto, HSBC, Barclays y Bankia. Entidades financieras y empresas vinculadas a la industria militar han tejido desde hace años una complicidad que ha sido criticada por campañas y movimientos a favor de la paz y los derechos humanos, como el Centro Delàs, Justicia y Paz, Setem o FundiPau, que consideran que el hecho de que algunos bancos financien industrias dedicadas al armamento supone una vía para potenciar el crecimiento de estas últimas.

Maxam en Cataluña: ácido nítrico y dinamita

Planta de ácido nítrico de Tarragona / ARCHIVO
Planta de ácido nítrico de Tarragona / ARCHIVO

En Cataluña, Maxam también tiene presencia. En Tarragona, el fabricante de explosivos formalizó en verano de 2013 la compra de la empresa Nitricomax SL, una compañía dedicada a la producción de ácido nítrico. Se trata de una materia prima básica para la fabricación de los productos explosivos que comercializa después Maxam. La planta, que tiene una capacidad de producción de 39.000 toneladas anuales de ácido nítrico, está situada en un polígono industrial de La Canonja, cercano al puerto de Tarragona. De este modo, según explica la propia empresa, se aprovecha la logística de entrada y salida a través del mar hacia los puntos de aprovisionamiento y venta internacional.

Paralelamente, Maxam también posee un gran almacén de dinamita en el Bruc (Barcelona), con capacidad para más de 200.000 kilos de explosivos, y otro más pequeño en Torres de Segre (Segrià). El semanario Directa explica en un artículo sobre el polvorín del Bruc que este espacio se encuentra instalado a unos cuantos cientos de metros de una urbanización ya sólo 1.000 metros de un campo de fútbol. Tratándose de una instalación de explosivos de "riesgo alto" -según el Plan de emergencia exterior del sector químico de Cataluña-, la opacidad que rodea el almacén de dinamita del Bruc "ha generado una inquietud creciente" entre los vecinos del territorio, que se han empezado a movilizar para exigir más información sobre el polvorín.

Complicidades con el Ministerio de Defensa
Maxam -a través de su filial militar Expal-, junto con Santa Bárbara Sistemas, son dos de los proveedores más destacados del Ministerio de Defensa español. Entre este Ministerio y la empresa Maxam han producido en los últimos años sinergias con el objetivo de impulsar acuerdos de cooperación militar con otros países en el ámbito de la industria de defensa. Ejemplos de este hecho han sido algunos viajes conjuntos entre el ministro de Defensa, Pedro Morenés, el entonces rey Juan Carlos I y directivos de Maxam en países como Turquía, Rusia y Kazajstán. En verano de 2013, tal como informaba el Ministerio de Asuntos Exteriores, los ministros de Defensa de España y de Kazajstán, con la presencia en el encuentro de representantes de Maxam, firmaron un acuerdo de asociación estratégica entre ambos países "para acercar las relaciones bilaterales en materia de defensa". Además, firmaron otro acuerdo sobre el tránsito de equipos y personal militares a través del territorio de Kazajstán con motivo de la participación de España "en los esfuerzos internacionales para la estabilización y reconstrucción de Afganistán".

El negocio de las armas

Países con presencia del holding empresarial de origen español / MAXAM
Países con presencia del holding empresarial de origen español / MAXAM

Maxam, grupo de origen español pero ahora ya de propiedad transnacional, ha sabido sortear los efectos de la crisis económica hasta situarse en los primeros puestos mundiales en cuanto a la fabricación y la exportación de armamento. La empresa, que se plantea la salida a la Bolsa, cerró el año 2013 con una facturación de 1.100 millones de euros, un hito imposible de alcanzar sin potenciar su internacionalización, que supone el 90% de sus ingresos.

Una de sus filiales más polémicas y peligrosas es Explosivos Alaveses SA (Expal), que se dedica íntegramente a la fabricación de explosivos militares para suministrarles a los ejércitos. Según el Centro Delàs de Estudios por la Paz, Expal suministra armas a los ejércitos de Turquía y de Israel, "países que mantienen una fuerte represión de los derechos humanos de la población en los territorios de Kurdistán y de Palestina"; además, según la investigación realizada por este centro, las minas de Expal también están presentes en las tierras de Colombia y del Sahara Occidental, y en la guerra entre Irak e Irán, en 1984, se le abrir una investigación por parte de las Naciones Unidas "tras descubrir que Irak utilizó armas químicas (gas mostaza) en carcasas fabricadas por Expal".

El punto más caliente de la internacionalización de Expal es el riesgo que utilice esta expansión, según alertaba tiempo atrás el Centro Delàs en un informe, para firmar contratos con empresas extranjeras que no han ratificado tratados sobre desarme. Por ejemplo, Expal ha firmado contratos, entre otros, con empresas brasileñas también dedicadas al armamento como Imbel o Emgepron. Según el investigador del Centro Delàs Pere Ortega, de este modo "las transnacionales de armamento españolas tienen una fórmula para esquivar los avances que la sociedad civil va logrando sobre desarme" a través de industrias de estados "menos escrupulosos con la paz y el respeto a los derechos humanos ".

La "doble moral" de Expal: minas antipersonas
Otra de las polémicas más recientes en el entorno de Expal es su tarea desactivando minas antipersonas y bombas de racimo, algunas de las cuales la misma empresa había fabricado. Tal y como explicaba La Marea en un artículo, en verano de 2013 Expal fue escogida por la Unión Europea para la tarea de destrucción de más de 3,3 millones de minas en territorio bielorruso. Expal recibiría 3,9 millones de euros. Anteriormente, el Ejército español había adjudicado varios contratos a Expal para la destrucción de 5.600 bombas de racimo que se encontraban en los almacenes militares españoles, muchas de las cuales habían sido fabricadas por la misma empresa. Hasta su prohibición mediante los Tratados de Ottawa y los Acuerdos de Oslo, la actividad principal de Expal se centraba en la fabricación e implantación de estos explosivos. Al respecto, el investigador del Centro Delàs Pedro Ortega habla ahora de "doble moral", ya que mientras Expal se dedicaba anteriormente a la fabricación de minas, ahora trabaja destruyéndolas.

Relaciones entre bancos y armamento
No es novedad la vinculación de bancos y, anteriormente, cajas de ahorros con empresas dedicadas a la industria de las armas. El BBVA y el Banco Santander han sido en los últimos años denunciados por participar, financiar y dar crédito a empresas armamentísticas. Hasta el año 2011, el Banco Santander tenía un 23% de las acciones de Maxam a través de la firma de capital riesgo Vista Capital, hasta que las vendió a la entidad también de capital riesgo estadounidense Advent International , una de las más potentes del mundo. Ahora, la propiedad de Maxam se reparte entre estos fondos de capital riesgo, con un 45%, y la figura del presidente de Maxam, José Fernando Sánchez-Junco, junto con más de 160 directivos, con un 55% del capital. Por tanto, aunque el Banco Santander se deshiciera del 23% de las acciones de Maxam el año 2011, la apuesta para financiar estas compañías armamentísticas sigue a través de la concesión de créditos, entre otras operaciones de traspaso.

El Banco Sabadell es, desde 2007 hasta ahora, el banco catalán que más dinero ha invertido en empresas que fabrican armamento. Lo afirmaba ya en 2012 un informe de la ONG Setem publicado en el Anuario Media.cat los Silencios Mediáticos. El estudio Negocios sucios. Bancos españoles que financian armas comprometidas sitúa en el ranking cinco bancos y cajas de capital catalán, valenciano y balear: Sabadell, La Caixa, Bankia -donde participan Bancaja y Caja Laietana-, CatalunyaCaixa y la Banca March. En España y en Cataluña se han hecho campañas como "Banco Santander sin armas" o "BBVA sin armas, junto con ONG y asociaciones que trabajan para investigar y denunciar las relaciones entre la industria militar y las entidades financieras.