El neocórtex es la zona del cerebro encargada del control de las emociones, el pensamiento consciente y el lenguaje. En humanos y otros primates, profundas arrugas aumentan la superficie de esta fina capa plagada de neuronas. Investigadores de los Institutos Max Planck, en Alemania, confirman ahora el papel de un gen, único en sapiens, neandertales y denisovanos, que contribuye a la formación de los pliegues y que es marca de la evolución humana.
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Dentro de poco encontrarán que hay diferentes variantes de ese gen en humanos y ya más adelante interacciones con otros genes y estudios epigenéticos. De todas las cosas que se pueden desperdiciar, una mente brillante es la más grave. En última instancia, estos estudios deberían llevar a detectar las causas de la inteligencia, la seperdotación intelectual previamente al alumbramiento e incluso la forma de causarla, aunque por la componente genética eso conllevaría muchas otras cuestiones.