Hace 9 años | Por tamaran a mandapelotas.es
Publicado hace 9 años por tamaran a mandapelotas.es

La maldad del ser humano no conoce límites. A lo largo de la historia ha utilizado macabros métodos de tortura para satisfacer su superioridad sobre el más débil. El refinamiento demostrado en este campo de la crueldad con la construcción de máquinas infernales, no representa más que un vergonzoso ejemplo de nuestra peor cara. El oscuro placer por el dolor ajeno y el irreprimible deseo del poderoso por imponer sus criterios ideológicos sometiendo la libertad de otros pueblos e individuos. Uno que se aprovechaba de esto era Uday Hussein.

Comentarios