Hace 9 años | Por --336169-- a elespectador.com
Publicado hace 9 años por --336169-- a elespectador.com

En las nuevas guerras, aquellas en las que tal vez nadie muere (al menos no aún), se desactivan centrales nucleares en países extranjeros, se rastrean opositores políticos de cierta corriente ideológica o se consolida la censura oficial sobre la información. Todo se hace en línea y en el proceso el usuario común y corriente no sólo resulta afectado, sino utilizado como munición.

Comentarios

TocTocToc

Menuda estupidez de dilema, un arma es una herramienta para matar.

D

#1 Las posibilidades de la herramienta, mal utilizadas, hacen que se convierta en un arma. El artículo habla de cómo internet puede pasar de ser un medio de comunicación a ser un arma.

TocTocToc

#2 Al revés, precisamente un arma bien utilizada es una herramienta de matar.

D

#3 Pero tú consideras internet un arma? Para mi es una gran herramienta

TocTocToc

#4 Estamos conceptualizando, no tratando casos particulares. Para un cazador una escopeta es un instrumento para cazar, independientemente de que a mí me sirva para cascar nueces con la culata.

ForeverAndEverAlone

#4 Toda arma es una herramienta. Internet es una herramienta que se puede usar para muchas cosas, entre las que está el utilizarla como arma (herramienta para someter por la fuerza). No tiene sentido hacer una distinción entre herramienta y arma.

D

Sobre las citas y de quién son:

Gabriel Celaya


LA POESÍA ES UN ARMA CARGADA DE FUTURO

Cuando ya nada se espera personalmente exaltante,
mas se palpita y se sigue más acá de la conciencia,
fieramente existiendo, ciegamente afirmado,
como un pulso que golpea las tinieblas,

cuando se miran de frente
los vertiginosos ojos claros de la muerte,
se dicen las verdades:
las bárbaras, terribles, amorosas crueldades.

Se dicen los poemas
que ensanchan los pulmones de cuantos, asfixiados,
piden ser, piden ritmo,
piden ley para aquello que sienten excesivo.

Con la velocidad del instinto,
con el rayo del prodigio,
como mágica evidencia, lo real se nos convierte
en lo idéntico a sí mismo.

Poesía para el pobre, poesía necesaria
como el pan de cada día,
como el aire que exigimos trece veces por minuto,
para ser y en tanto somos dar un sí que glorifica.

Porque vivimos a golpes, porque apenas si nos dejan
decir que somos quien somos,
nuestros cantares no pueden ser sin pecado un adorno.
Estamos tocando el fondo.

Maldigo la poesía concebida como un lujo
cultural por los neutrales
que, lavándose las manos, se desentienden y evaden.
Maldigo la poesía de quien no toma partido hasta mancharse.

Hago mías las faltas. Siento en mí a cuantos sufren
y canto respirando.
Canto, y canto, y cantando más allá de mis penas
personales, me ensancho.

Quisiera daros vida, provocar nuevos actos,
y calculo por eso con técnica qué puedo.
Me siento un ingeniero del verso y un obrero
que trabaja con otros a España en sus aceros.

Tal es mi poesía: poesía-herramienta
a la vez que latido de lo unánime y ciego.
Tal es, arma cargada de futuro expansivo
con que te apunto al pecho.

No es una poesía gota a gota pensada.
No es un bello producto. No es un fruto perfecto.
Es algo como el aire que todos respiramos
y es el canto que espacia cuanto dentro llevamos.

Son palabras que todos repetimos sintiendo
como nuestras, y vuelan. Son más que lo mentado.
Son lo más necesario: lo que no tiene nombre.
Son gritos en el cielo, y en la tierra son actos.