Hace 8 años | Por nonac77 a faircompanies.com
Publicado hace 8 años por nonac77 a faircompanies.com

Pocos hábitos alcanzan un estatus de tabú (equiparable a los comportamientos viscerales regulados por la amígdala, o núcleo primitivo de nuestro cerebro) tan claro como el fenómeno de la procrastinación, o postergar obligaciones sustituyéndolas por actividades más agradables. ¿Necesidad de estudiar, de empezar un extenso libro, de aprender un idioma, de avanzar en un proyecto en apariencia inabarcable, o de realizar esa tarea tan incómoda que no podemos eludir? Cualquiera asocia la obligación con incomodidad, esfuerzo o incluso dolor.