Hace 8 años | Por Etrusco a vozpopuli.com
Publicado hace 8 años por Etrusco a vozpopuli.com

Erik G. Sorto tiene 33 años y se quedó paralizado de cuello para abajo cuando tenía 21 por una herida de arma de fuego. Hace dos años, un equipo de científicos le implantó un par de electrodos en la corteza parietal de su cerebro y ahora es capaz de mover un brazo robótico para agarrar una bebida, activar una batidora o jugar a piedra, papel o tijera. "Me sorprendió lo fácil que fue", asegura Sorto, que fue capaz de mover el dispositivo el primer día de rehabilitación.

Comentarios

ur_quan_master

Ahora podrá dispararse itra vez usando un robot