Hace 8 años | Por Ratoncolorao a yorokobu.es
Publicado hace 8 años por Ratoncolorao a yorokobu.es

Las comidas o las cenas entre amigos o familia ya no son como antes. Cada vez se escuchan menos carcajadas al recordar una anécdota e incluso escasean las típicas discusiones sobre fútbol. Actualmente no resulta raro ver a un grupo de personas sentadas alrededor de una mesa en silencio y mirando a sus respectivos teléfonos. Parece que la tecnología ha secuestrado la hora de la cena o, al menos, eso opinan los creadores de un curioso aparato disfrazado de pimentero que roba la señal a todo dispositivo tecnológico que encuentra a su paso.

Comentarios

D

No corrais como locos a comprarlo! Hay que instalar una aplicación en los terminales a controlar.

BillyTheKid

Yo a mis invitados a casa les doy acceso invitado a la wifi, solo faltaría

A

Eso en España creo que no es legal. Me contaron la historia de una universidad española en la que intentaron poner inhibidores por el asunto de la gente que copiaba en los exámenes en plan "avanzado" y se toparon con el asunto de la legislación. En teoría no está permitido interferir las frecuencias de telefonía móvil.

t

#2 Concretamente esto no hace nada, tienes que tener instalada una aplicacion en los dispositivos y cuando el pimentero esté cerca y se active, silencia los dispositivos. Es decir, no hace nada ilegal.

Y

#2 Pues, corre, ve y díselo a la Autónoma de Barcelona.

D

La verdad es que la idea es buena. Estaría bien un protocolo estándar "de cortesía" de forma que, al entrar en ciertos espacios, se configurase el móvil de acuerdo con el lugar: desactivando el flash de la cámara (o la cámara por completo), activando el silencio, bajando el brillo de la pantalla, poniendo el móvil en modo avión...

Sería algo opcional que se podría desactivar en cualquier momento y sería más una ayuda que nos permitiría el no tener que ir poniendo el móvil en silencio y quitándolo según vayamos a un sitio u otro y no una especie de castigo impuesto.

D

Hace un rato me visitó un pariente y mientras estaba hablando conmigo se puso a usar su teléfono móvil, así que yo le dije "arranque la caña de aquí, fuera" y lo eché de casa.