Parte fundamental de este segundo pucherazo es el uso partidista de símbolos, fiestas e instituciones. No hay 12 de octubre en el que no aparezca un capitoste regional del PP. Si hay que mover la fiesta nacional para coincidir con el jerarca de turno, se hace. Si se inaugura una exposición, va de la mano de al menos un director general. Los medios de comunicación que se subvencionan son, por regla general, meros portavoces de las posturas oficiales. Hay más: el embajador es militante del Partido Popular y ex conselleiro de Núñez-Feijóo.
Comentarios
Lo que es acojonante, de verdad, es cómo usan unas instituciones que son de todos (las embajadas, los centros de cooperación) para sus movidas partidistas: que si reparto de medallas, que si mítines de diputados -sean del PP o del PSOE-, que si fiestas para convencer a los vejetes de que les voten. Todo con dinero público y cero vergüenza.
Fuera no iba a ser distinto que en territorio nacional. ¿Cuántos votos sumarán con estas trampas?.
#1 El problema no es ese, es ¿cuantos votos no van a tener los demás partidos?
Además, como muchos de esos emigrantes son de zonas en que la menor densidad de población obliga a emigrar y personas mas jovenes... tienes zonas en que, están poco pobladas y llenas de viejos... vamos, lo mejor que puede ocurrir para el PPSOE.