30 años de una eterna lucha contra sí mismos, el mito de Sísifo aplicado a la gala de los Goya: los dioses del cine español le impusieron a la Academia el castigo de tener que organizar cada año un número musical destinado al fracaso. En lugar de montar un gabinete de crisis al lunes siguiente y decidir que la próxima gala iría sin coreografías, gracias-pero-no-gracias, los guionistas y realizadores estaban obligados, por fuerzas más allá de toda comprensión humana, a repetir algo que nunca, en treinta largos años de historia, ha salido bien.
Comentarios
¿Son muchas horas y eso rellena?
Imagino que será un guiño al género del que se nutre, y al que nutre, el cine.
Lo que parece una condena para algunos es tener que ver cada año una gala para confirmar que, efectivamente, un año más la gala de los Goya ha sido aburridísima.
No sé qué esperan, la verdad, que de repente algo tan anodino como una entrega de premios se convierta en el espectáculo audivisual definitivo?
Supongo que éste el castigo que los dioses del cine español nos imponen a los que ni se nos ocurriría ver semejante esperpento: aguantar el coñazo de esos masoquistas repitiendo las mismas quejas año tras año.
Porque les han dicho que si no se ganan la vida con lo suyo que den conciertos.
Joder, es que son unos palurdos ¿pa que quieren meter música si todo el mundo sabe que Goya era sordo?
Porque son subnormales