Q256 hace una interesante reflexión en su blog sobre la situación actual de la asistencia a las salas de cine ante el aumento de hogares con pantallas grandes y el “auge de la piratería”
Hola, soy "el que ha escrito esa reflexión". La última vez que fui al cine fue... hace un par de semanas, así que creo que opino con conocimiento de causa.
Me encanta el ritual del cine, de ver las películas en una pantalla gigantesca y de sentarme cómodamente en mi butaca antes de que empiecen los tráilers de nuevos estrenos.
Sin embargo, negar que el cine está de capa caída es negar una realidad. Solo hay que ver como cada vez cierran más salas de cine y las pocas que quedan se reconvierten en multicines.
Efectivamente, los cines siguen estando llenos... los días de estreno, en las grandes ciudades, y solo con ciertas producciones. Pero un cine no vive de llenar solo los fines de semana, desgraciadamente...
El que ha escrito esa reflexión no va mucho al cine ultimamente. Las salas siguen estando llenas.
El gran error de planteamiento está en que a muchos (y me incluyo) nos gusta no solo el cine, sino todo el ritual, elegir película, ir a tomar algo antes, luego discutir la peli en un bar...
Yo, la verdad, he dejado de ir al cine... Si vas a una sala multicines, lo más probable es que te metan en una sala con la pantalla de más o menos igual número de pulgadas que un televisor grande. Para eso, me quedo en casa y no tengo, además, que soportar, ni los comentarios, ni al gracioso adolescente de turno, ni el olor a palomitas, ni hacer cola. Claro que si la peli me interesa mucho y hay gran pantalla y gran sonido, pues entonces sí voy al cine. Lo que ni hago ni voy a hacer es pagar por ver una de Torrente... A lo mejor, en casa... una tarde tonta...
Yo creo que, como en tantas otras épocas y negocios, el cine se tiene que replantear el negocio. Si desaparecieran las salas de cine, sería una pena, pero... también están desapareciendo innumerables pequeños comercios en beneficio de las grandes superficies que lo devoran todo, y nadie está pidiendo que paguemos un canon a favor del tendero de la esquina, cada vez que caemos en el error de comprar en el Corte Inglés.
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Hola, soy "el que ha escrito esa reflexión". La última vez que fui al cine fue... hace un par de semanas, así que creo que opino con conocimiento de causa.
Me encanta el ritual del cine, de ver las películas en una pantalla gigantesca y de sentarme cómodamente en mi butaca antes de que empiecen los tráilers de nuevos estrenos.
Sin embargo, negar que el cine está de capa caída es negar una realidad. Solo hay que ver como cada vez cierran más salas de cine y las pocas que quedan se reconvierten en multicines.
Efectivamente, los cines siguen estando llenos... los días de estreno, en las grandes ciudades, y solo con ciertas producciones. Pero un cine no vive de llenar solo los fines de semana, desgraciadamente...
El que ha escrito esa reflexión no va mucho al cine ultimamente. Las salas siguen estando llenas.
El gran error de planteamiento está en que a muchos (y me incluyo) nos gusta no solo el cine, sino todo el ritual, elegir película, ir a tomar algo antes, luego discutir la peli en un bar...
Cinema Star Killed the Theatre ...
Yo, la verdad, he dejado de ir al cine... Si vas a una sala multicines, lo más probable es que te metan en una sala con la pantalla de más o menos igual número de pulgadas que un televisor grande. Para eso, me quedo en casa y no tengo, además, que soportar, ni los comentarios, ni al gracioso adolescente de turno, ni el olor a palomitas, ni hacer cola. Claro que si la peli me interesa mucho y hay gran pantalla y gran sonido, pues entonces sí voy al cine. Lo que ni hago ni voy a hacer es pagar por ver una de Torrente... A lo mejor, en casa... una tarde tonta...
Yo creo que, como en tantas otras épocas y negocios, el cine se tiene que replantear el negocio. Si desaparecieran las salas de cine, sería una pena, pero... también están desapareciendo innumerables pequeños comercios en beneficio de las grandes superficies que lo devoran todo, y nadie está pidiendo que paguemos un canon a favor del tendero de la esquina, cada vez que caemos en el error de comprar en el Corte Inglés.