«Nunca pensé que esto iba a durar tanto tiempo», comenta Rafael Segrelles Díe, de 34 años, recordando aquel verano de 2001, en el que empezó a sentir un cansancio extremo e inexplicable que achacó al exceso de trabajo y al estrés. «Noté que mi cabeza iba más lenta y me costaba mucho más hacer el trabajo de siempre. Cometía errores, tenía fallos de memoria y de concentración. Me cansaba hablando... Algo no iba bien», explica mientras trata, no sin esfuerzo, de ordenar sus pensamientos.
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Está noticia pasará desapercibida en menéame al igual que pasó desapercibido en TVE2 el reportaje sobre la fibromialgia y al igual que pasan desapercibidos los que padecen estas dos enfermedades. Por algo los llaman los enfermos invisibles.