Hace 15 años | Por --57310-- a elpais.com
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Las lluvias de las últimas semanas no sólo han alejado el fantasma de la sequía. También han ahuyentado otro peligro inminente: el de los incendios forestales. Las precipitaciones han permitido desplazar el riesgo máximo de incendio hacia el final del verano. Así lo anunció ayer, en el Parlament, el consejero de Interior, Joan Saura. "Las perspectivas han mejorado y ahora la situación es de relativa normalidad. El momento más peligroso estará a finales de agosto y en septiembre", sentenció.

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En vez de alegraser de que se retrase el "momento más peligroso", lo suyo seria tomar medidas para, como poco, minimizar las consecuencias. Y se podria empezar por limipar los pastizales de las carreteras