Hace 15 años | Por --79447-- a elpais.com
Publicado hace 15 años por --79447-- a elpais.com

Tras la euforia de un negocio, la construcción, que llegó a presenciar aumentos en el precio de la vivienda del 18%, en los últimos meses se han agolpado los malos augurios. El primero fue el derrumbe bursátil de Astroc. El pinchazo del buque insignia de la era dorada del ladrillo arrastró el 24 de abril del año pasado al resto de inmobiliarias cotizadas. A una disminución en el ritmo de ventas ya palpable a mediados del año pasado se unieron los problemas financieros por la crisis de las hipotecas locas y la depreciación de inmuebles....

Comentarios

D

El naufragio que lo paguen los que gritaron "todos ricos" y a los demás que no les pidan ayuda porque ellos no pensaban compartir. Que cada palo aguante su vela.

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Y dale. Que si las hhipotecas subprime. Que si las acciones. ¿Pero es que todavía no se han enterado de que lo que estamos viviendo es el estallido de una burbuja inmobiliaria de libro como los viejos no recordaban que se hubiera gestado en los tiempos? ¿Qué parte de "cuando el precio sube demasiado al final no se puede pagar" no han entendido todos estos gafapastas con columna?

D

Y las ratas son las primeras en abandonar el barco.
Que cada uno le ponga nombre a la "rata" de turno.

Alt126

Ya hace un par de años se decia que esto explotaria como explotó en japon hace mucho tiempo... Ahora que ha pasado nadie se acuerda de esas palabras y se toman la situacion como si fuera algo nuevo y que solo lo hemos sufrido los españoles en toda la historia mundial, esto es la leche...

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#3 Firmo.

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#5 Los que no acaben con sus huesos en la cárcel, puede...

Don_Gato

No os engañeis, en tiempos de crisis es cuando más ganan los peces gordos

brigoz

La máxima de las burbujas "siempre hay un tonto mayor al que vender", acaba con un montón de tontos asumiendo pérdidas después de haberse cegado por la codicia.

Y lo peor es que -en las que alcanzan esta magnitud- hasta los que no hemos participado directamente acabaremos pagando las consecuencias.

D

#7, porque somos así de egocéntricos.