Hace 15 años | Por --80934-- a abc.es
Publicado hace 15 años por --80934-- a abc.es

Desde que Dwight Eisenhower empezó a utilizar anuncios de televisión en 1952 para avanzar su candidatura presidencial, la pequeña pantalla ha venido funcionando como «circus maximus» de los procesos electorales en Estados Unidos. País sin apenas restricciones para la televisiva propaganda política, hasta el punto de que durante lo transcurrido de este año hiper-politizado se estima ya un gasto superior a los 800 millones de dólares. Pero como todo lo relacionado con el medio televisivo, las apariencias pueden resultar bastante engañosas.