Hace 15 años | Por javipe a adn.es
Publicado hace 15 años por javipe a adn.es

"Te prometen el cielo y la tierra. Vete a España, que vas a ganar mucho dinero. En seis meses podrás montar un negocio y comprar una casa y un coche". Carla, engatusada con tales promesas, decidió venirse a nuestro país, donde no tocó el cielo ni besó la tierra, pero supo qué es el infierno. Cada año, cientos de brasileñas como ella son captadas por mafias que las empujan a una odisea trufada de engaños, maltratos y explotación sexual.

Comentarios

D

Aún a riesgo de que me abrasen a negativos, voy a decir una verdad como un templo: ¿cuál es la diferencia a lo que les esperaba en su tierra natal?

javipe

Pues desgraciadamente no mucha, pero si que hay muchas personas en España que se están enriqueciendo explotando a estas mujeres mientras miramos para otro lado.

D

#1 Es evidente que te esperas negativos por defender una ecuación lógica de una crueldad e insensibilidad intolerable:
- Si las brasileñas estaban condenadas a una prostitución en su país natal
- al llegar a España, no es injusto que padezcan el mismo destino.

La diferencia, además de como dice #2, es que España y Europa se autoproclaman vanguardia en políticas de respeto a los derechos humanos y, sin embargo, la realidad es que aquí se violan constantemente esos derechos y el Imperio de la Ley de nuestro supuesto sólido Estado de Derecho no puede impedirlo; mientras tanto, damos lecciones al mundo de cómo deben organizarse política, económica, social y culturalmente. Hipocresía lo llaman.