Han hecho cuanto han podido por hacernos creer que escaparían a la crisis… pero ya no es posible. Las empresas que constituyen el corazón del dinamismo de San Francisco y su región se han comido el marrón como todas las demás. Incluso las acciones de Google, Apple o Cisco han vuelto a descubrir las leyes de la gravedad. Los inversores de capital-riesgo salen disparados. Los demás inversores se esconden. Hasta los start-up modestos arrían velas. Y, si no lo hacen, corren el riesgo de que los ar