La proliferación de cámaras y la difusión de vídeos por Internet dan pie a abusos, pero también abren el camino a denuncias allí donde no llega la policía. Si hay un bache en Palencia o aparca encima de una acera de Elche, es posible que millones de internautas se escandalicen de la desidia del alcalde de turno.