Una joyería situada en una de las calles más exclusivas del centro de Milán fue desvalijada por un ladrón que, simulando que estaba limpiando los cristales del escaparate, se llevó artículos por valor de unos 800.000 euros. El caco llegó a la tienda vestido con un mono de limpiador, el material de limpieza en la mano y la escalera al hombro, pero, en lugar de lavar los cristales, sacó dos grandes ventosas y, a plena luz del día, retiró la vitrina, la apoyó en la acera y se apoderó de todas las joyas que se exhibían en el escaparate.
Comentarios
Tanto limpiar tanto limpiar...pues dejó la tienda "limpia" como los chorros del oro
Pues la verdad, es que si que lo "limpió"
Pues el dueño hubiese preferido que no fuese una simulacion.
Si es que no hay como hacer evidente algo para pasar desapercibido.
Fijo que si va de noche lo caza algun agente del orden.