El presidente socialista de Cajasol, Antonio Pulido Gutiérrez, está simultaneando su cargo con el puesto de consejero en la sociedad Promociones Audiovisuales Sevillanas, S.A, empresa del grupo PRISA filial de Promotora de Emisoras de Televisión, SA, propietaria de Localia TV. Esto coincide con el beneficio que PRISA ha conseguido en la entrega de licencias TDT.
Perdón, pero no acabo de entender donde está la noticia: un empresario es presidente de una caja de ahorros y consejero de una sociedad filial de PRISA. Vale. Pero ¿Desde cuando las cajas de ahorro tienen algo que ver con la concesión de licencias de televisión para TDT? No veo relación alguna entre las dos cosas...
Para poner un ejemplo malintencionado: Miguel Blesa, presidente de Cajamadrid, hombre del PP y hasta ayer como quien dice de la confianza de Aguirre (como cambian las cosas!), es consejero de Fomento de Construcciones y Contratas y lo ha sido de ACS y también consejero del ente público Radiotelevisión de Madrid...
ajajajá... que jartá de reir. Otro estupendo ejercicio de LD sobre cómo perpetrar una falacia sólo apta para fascistas carpetovetónicos: darle vueltas y vueltas a la misma tortilla para llegar a una conclusión que no se ajusta a ninguna de las premisas.
Comentarios
Efectivamente, Cajasol invierte en esta empresa de tal forma que debe de estar representada........................
Perdón, pero no acabo de entender donde está la noticia: un empresario es presidente de una caja de ahorros y consejero de una sociedad filial de PRISA. Vale. Pero ¿Desde cuando las cajas de ahorro tienen algo que ver con la concesión de licencias de televisión para TDT? No veo relación alguna entre las dos cosas...
Para poner un ejemplo malintencionado: Miguel Blesa, presidente de Cajamadrid, hombre del PP y hasta ayer como quien dice de la confianza de Aguirre (como cambian las cosas!), es consejero de Fomento de Construcciones y Contratas y lo ha sido de ACS y también consejero del ente público Radiotelevisión de Madrid...
ajajajá...
que jartá de reir. Otro estupendo ejercicio de LD sobre cómo perpetrar una falacia sólo apta para fascistas carpetovetónicos: darle vueltas y vueltas a la misma tortilla para llegar a una conclusión que no se ajusta a ninguna de las premisas.