Publicado hace 15 años por --77918-- a ecodiario.eleconomista.es

La reconstrucción por los científicos de la pelvis de una hembra de Homo erectus demuestra, a través del análisis de su tamaño y dimensiones, que sus bebés ya nacían con cerebros bastante grandes, por lo que las crías desarrollaron una gran dependencia respecto de sus madres que en el homo sapiens se ha prolongado.