En 1929 se declaró entre la población humilde de Madrid una epidemia de tiña, como el asilo infantil de La Paloma, donde estaba interno Malagón, se encontraba cerca de la población marginal de La Almenara recomendaron un tratamiento preventivo a los niños para evitar contagios. Por un centro de rayos ultravioletas, dependiente del ayuntamiento, pasaron los casi mil chicos de La Paloma.