Publicado hace 15 años por personare a imaginariumsland.blogspot.com

"Verdugos y víctimas de la represión eran de estas tierras. Verdugos y víctimas de la persecución eran de estas tierras. Los que daban las órdenes, también". Este párrafo forma parte de las conclusiones del historiador Jordi Albertí i Oriol en su libro La Iglesia en llamas. Algunos historiadores cifran en 6.818 eclesiásticos el número de víctimas de la Iglesia Católica en los primeros meses de la Guerra Civil. Original en El País: http://www.elpais.com/articulo/espana/Victimas/tierras/elpepuesp/20081129elpepunac_4/Tes

Comentarios

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naaaa, no ya en la guerra, si no acabada la guerra en fusilamientos y represión se cepillaron otros 40.000 "rojos", pero como la vida de un "rojo" no vale ni la centésima parte que la de un cura...

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La República era débil de por sí. Demasiados nacionalismos, demasiadas revoluciones distintas y demasiado tradicionalismo fluían por la venas de la República al mismo tiempo.

Las reformas que pretendió llevar a cabo ya no eran suficientes para contentar a la clase obrera, que hablaba ya, directamente, de revolución después de aprender por las duras que nada podía esperar "de los de arriba", fuera cual fuera su color o el sistema de gobierno.

La reforma agraria supo "a nada" a los aparceros que aspiraban a llamar "suyo" un pedazo de tierra ( ésa es la aspiración verdadera... Lo de la colectivización es un sucedáneo que muchos sólo tragaron gracias al edulcorante de la rabia ), y se posicionó en contra a los pequeños y grandes propietarios tradicionales (si bien muchos de ellos se lucraron no poco de ellas, igual que con las anteriores desamortizaciones)...

Toda medida tendente a separar a la Iglesia de su posición privilegiada y la moral católica del Derecho Civil se encontró convertida en un pulso esperpéntico al Estado (¡ mira, hay cosas que nunca cambian! ), siendo éste un aspecto considerado de la mayor importancia por las élites intelectuales y piedra angular de la modernización del país.

La inmoderada contestacion de la Iglesia cerró las puertas a lo que en el fondo era poco más que el viejo regeneracionismo ( "revolución", si se quiere llamar así, pero "desde arriba" ) para dar pábilo al "anticlericalismo" de grupos que veían en la República el "trampolín a la revolución".

Porque, para la Iglesia siempre ha sido la sangre de los "martires" semilla de "cristianos"... Mientras los asesinatos políticos de diversos signos menudeaban por las calles de la pobre España, la Iglesia actualizaba el viejo "Catecismo Patriótico" ( ése que decía allá por 1810 "Es obra meritoria matar franceses" ) cambiando "franceses" por "rojos".

Y ya se sabe lo que pasa con los mártires cristianos ( que, a partir de 18 -como en el caso de los de la "persecución" romana en Zaragoza-, ya son "innumerables" )... Y que el título vale lo mismo para aquellos que murieron asesinados por ser sacerdotes, o por intentar resguardar una custodia, y para aquellos a los que se encontró con la huella del retroceso del fusil tatuado en el hombro derecho una vez estallada la guerra...

La historia (-la de los "rojos" que dicen, todavía hoy, -toda la que no cabe en el esquema magistral de Agustín de Hipona que hace de ésta el mero espectáculo del desarrollo del pland divino- ) nunca ha negado los crímenes cometidos por aquellos que, groseramente, se acostumbra a encuadrar en el bando republicano. La Iglesia jamás ha reconocido, libremente, los crímenes que ha cometido, ni los de algunos de sus "mártires", y las escasas veces que ha reconocido un error histórico ( Galileos y cosas así ) lo ha hecho desde el relativismo de la autojustificación, al estilo de esa asquerosamente hipócrita lápida pretendidamente reparatoria que los calvinistas erigieron a Miguel Servet:

El 27 de octubre de 1553, murió en la hoguera, en Champel, Miguel Servet, de Villanueva de Aragón, nacido el 29 de septiembre de 1511.
Hijos respetuosos y agradecidos de Calvino, nuestro gran Reformador, pero condenando *un* error que fue el de su _siglo ,_ y firmemente adheridos a la libertad de conciencia, según los verdaderos principios de la reforma y del Evangelio, hemos elevado este monumento expiatorio el 27 de octubre de 1903

¿De su siglo...? ¿Pero las iglesias no eran eternas?

Los actos de la Santa Madre Iglesia Católica, constituyen de hecho las mayores persecuciones religiosas de la Historia... La llevada a cabo contra los arrianos, contra los maniqueos, contra los priscilianos, contra la pataría, contra los cátaros, contra los musulmanes, contra los "ateos"... Claro, que los demás no tenemos mártires... Sólo muertos.

¡Lo que es tener a dios de parte de uno, oye!

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En cuestión de números, del que todos "chupan" y algunos lo ocultan o lo hacen a través de terceros: Salas Larrazabal.

En menéame manejamos otros números: cientos y cientos de miles incluso millones