"El dinero huele bien venga de donde venga", decía hace ya 2.000 años el poeta latino Juvenal. Y Madoff siempre generaba dinero. Quizá por eso, nadie hizo nunca demasiadas preguntas. Y lo que unos pocos consideraban un 'tufillo' sospechoso, a muchos más les parecía el más delicioso de los aromas: una rentabilidad entre el 10 y el 15 por ciento anual, con una regularidad sorprendente, incluso en las peores condiciones del mercado. Algo olía a podrido en el 885 de la Tercera Avenida, sede de la firma, pero muy pocos acertaban a saber el qué.
Comentarios
Como suele decirse, no hay peor ciego que el que no quiere ver. Pero la avaricia ciega a muchos y les hace no ver lo que, a la vista de los detalles del artículo, era más que evidente.
#2 Tan sencillo como eso. Pero como aquí con los sellos, mientras haya pasta, nadie quiere darse cuenta. Aunque las señales sean claras.
Es-ta-fa pi-ra-mi-dal.