Publicado hace 15 años por --111423-- a elzo-meridianos.blogspot.com

[c&p] Marilyn llegaba siempre tarde. Era su defecto más recurrente. Llegaba tarde a los rodajes, a las citas, a las fiestas. Y, al principio, llegaba tarde a las sesiones de terapia con Ralph Greenson, el último confesor de sus desgracias. Era un hombre mayor, sin el poder de atracción del escritor Arthur Miller o del deportista Joe DiMaggio, con quienes estuvo casada. Pero este psicoanalista le marcó tanto que llegó a conseguir que la actriz rompiera esa insana costumbre del retraso y se presentara con antelación a sus citas.

Comentarios

D

Marilyn o el poder de la propaganda: como convertir una pedorra en un icono.

Abu3

Pues anda que no da grima la cicatriz.