Publicado hace 15 años por ochodias a dividiendoentrecero.blogspot.com

[c&p] Desde que el hombre aprendió a escribir y comunicarse, y conociendo que la lengua no tiene huesos, cualquiera puede señalar, criticar, juzgar, y hasta agredir a sus semejantes. Sucede que hoy en día no importa tanto lo que se sabe de las ideologías de nuestros "adversarios" [si por acaso se les puede llamar así] trasciende más el simple hecho de que es mi contrario o que piensa diferente, y no me importa si no se ni un arroz sobre sus bases ideológicas y/o políticas, lo que importa es que se vea mal.

Comentarios

Rafa2

Sí, esto tiene relación con que lo que más nos cuesta, lo más difícil, es que reconozcamos la posibilidad de estar equivocados. Por eso nos enoja tanto que alguien nos quiera rebatir. Aquí mismo, en Meneame, nos pasa todos los días.

splinter

#0 Supongo que te habrás documentado antes de enviar esto, ¿no?

D

karmawhore lol