Hace 15 años | Por Irrelevanterrim... a marca.com
Publicado hace 15 años por Irrelevanterrimo a marca.com

Del artículo de Santiago Segurola: "(...) el mejor boxeador de su tiempo, el descendiente de esclavos que cambió su nombre, Cassius Clay, por el de Alí, el converso al Islam, el hombre que se negó a luchar en Vietnam, el deportista más carismático que ha conocido Estados Unidos. Ese hombre, que hace 12 años encendió con manos trémulas el fuego olímpico en Atlanta, representaba como nadie la importancia del deporte en la conquista de los derechos civiles en Norteamérica. Obama no lo olvidó. Alí, y no otro, acudió como invitado de honor (...)"

Comentarios

Magec

Se escucha con frecuencia el papel alienante del deporte en la sociedad moderna. Opio del pueblo, adormecedor de voluntades, factor de violencia tribal, motor de nacionalismos sectarios, coartada de vándalos. Es frecuente el desprecio por el deporte en los cuarteles intelectuales, rechazos casi siempre injustificados, procedentes de una idea elitista de la sociedad y la cultura. Las adherencias negativas que aguanta el deporte no impiden su grandeza. No es denigrante disfrutar y emocionarse con las hazañas humanas. No es despreciable atender a los valores de superación y solidaridad que se identifican con los deportistas. No es trivial situar a algunas figuras como héroes trascendentes.

Lo menearía 40 veces sólo por este párrafo.

ibo

Y yo contigo #1, a ver si el párrafo de un reputado periodista sirve para que algunos de por aquí no tengan el ratón fácil a la hora de votar negativas a noticias de deporte.

D

Tampoco debería olvidarse, entre otras cosas, que Alí se caracterizaba por despreciar y humillar abiertamente a sus rivales y se prestó alegremente (a cambio de jugosa contraprestación) a participar en algún que otro evento en cierto país africano regido por un dictador asesino, a mayor gloria del "filántropo" Don King. Héroes, los justos, por favor.