Hace 15 años | Por paalge a elpais.com
Publicado hace 15 años por paalge a elpais.com

El nombre de uno de los narradores más altos del siglo XIX no se encuentra nunca en los manuales de literatura. A un lector de Dickens, de Flaubert, de Galdós, de Tolstói, rara vez se le ocurrirá que un constructor de mundos de palabras tan asombroso como cualquiera de ellos fue Charles Darwin, cuya vida larga y fértil coincide con la gran edad de las novelas, y cuya prosa, que cambió para siempre la comprensión científica de la vida sobre la tierra, posee una fuerza narrativa que sólo pueden compararse con las de las grandes novelas...