El problema principal de mantener una posición tan débil como la del ministro de Justicia es que todas las coartadas tiran de la sisa. Sea usted, como Bermejo, un partidario convencido de la España plural y diversa; abjure usted pomposamente de la España uniforme y centralista (que era la que le gustaba tanto a papá) para que le pillen cazando sin licencia en Andalucía y diga que creía estar en Castilla-La Mancha, al lado de Puertollano.