La industria de los videojuegos están demostrando que no hay que tener demasiado apego por las tradiciones. Y, mucho menos, cuando hay dinero en juego. En la presente generación se han roto muchas exclusivas históricas. Juegos que pertenecían por derecho propio a las consolas de Sony se han convertido en multiplataforma de la noche a la mañana. Muchos se han quejado, incluso han pedido el boicot de las compañías que traicionaban a la marca PlayStation.
Comentarios
Los fanboys es lo que tienen.
Si en lugar de ese fanboyismo se dieran cuenta de que la competencia es mejor para los usuarios y que las verdaderas enemigas son realmente las compañias que fabrican estas cosas y que nos obligan entre otras cosas a pagar precios abusivos por los videojuegos en Europa, igual las cosas eran distintas.
A Sony le pudo la soberbia de tener unas consolas como fueron la PS1 y la 2 que llegaron a convertirse en sinónimo de videoconsola y a dominar el mercado un porrón de años.
Así acabaron sacando ese mostrenco hipercaro y que ha tardado dos años en empezar a sacar juegos a un ritmo decente (aunque sigue siendo lento).
Y que no se quejen tanto, también ellos pueden disfrutar de juegos como el Bioshock (que en principio era exclusivo de la xbox) o el Mass Effect.
#1 Pues la verdad es que ... es de un divertido las conversaciones que se traen los Fanboys en las webs consoleras... es como ver discutir al eslabón perdido
Saludos
#2 igualito que algunas conversaciones de otro tipo de fanboys de meneame
#4
Ya, pero es que hasta ahora esa situación estaba a la inversa con Sony. Y de todas formas el mundo de las videoconsolas no es como el de los sistemas operativos.
Hay muchas compañias desarrolladoras de juegos distintas y todo eso.
Hombre, en la resistencia a la Xbox hay otro elemento aparte del fenómeno 'fanboy'. Por lo menos a mí, la idea de que Microsoft adquiera en el mercado de las consolas y los juegos un dominio como el que tiene en el campo de los sistemas operativos y los navegadores me produce sudores fríos y solo puedo contestar '¡No con mi dinero!' que es la única forma de votar que tenemos los consumidores...