El desarrollo de páginas web como RateMDS.com en el que se puede evaluar el tratamiento médico que se recibe y qué se opina del facultativo (similares a otros sitios para puntuar restaurantes) ha llevado a una empresa llamada Medical Justice a ofrecer a los dosctores formularios que deben firmar sus pacientes en los que éstos se comprometen a no criticarlos en Internet. El dueño de RateMDs ha recibido al menos seis peticiones de retiradas de comentarios basándose en que los pacientes habían firmado esos formularios. Las ha rechazado.
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Traducción (básicamente de Google) y resumen de la notica.
El comentario anónimo en el sitio Web RateMDs.com sobre un médico fue fue: "Muy inútil, arrogante", dijo de un médico. "¿No me escuchó y me cortaba fuera, parecía feliz de tener el poder (¡y abusar de él!) sobre persona que sufren".
Estas revisiones son cada vez más frecuentes a medida que los servicios de puntuaciones de consumidores como Zagat y Angie se amplían más allá de restaurantes y fontaneros a la atención médica, y algunos médicos están contraatacando.
Están pidiendo a los pacientes de acuerdo a lo que equivale a una orden de mordaza que les impide publicar comentarios negativos en Internet.
"Los consumidores y los pacientes están hambrientos de una buena información" sobre los médicos, pero los comentarios de Internet proporcionan todo lo contrario, sostiene el Dr. Jeffrey Segal, un neurocirujano de Carolina del Norte que ha hecho un negocio de ayudar a los médicos a controlar y evitar las críticas en línea.
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Su empresa, Medical Justice, tiene sus sede en Greensboro, Carolina del Norte. Por una cuota, proporciona los médicos un acuerdo de renuncia normalizado. Los pacientes que firmar que están de acuerdo en no publicar comentarios en línea sobre el médico, "su experiencia y / o tratamiento".
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John Swapceinski, co-fundador de RateMDs.com, dice que en los últimos meses, seis médicos le han pedido que elimine los comentarios negativos sobre la base de los pacientes », que habían finrmado la renuncia. Él se ha negado.
"Están, básicamente, forzando a los pacientes a elegir entre la atención de la salud y sus derechos de Primera Enmienda, y descubrir eso es realmente repugnante", dijo Swapceinski.