El conocido como «violador de la Feve» ya no ejerce como taxista. El propietario de la licencia que lo tenía contratado como conductor ocasional decidió, durante la jornada del jueves, rescindirle el contrato. La decisión llega por la repercusión social tras conocerse por LA NUEVA ESPAÑA, el nuevo trabajo de este gijonés, de 47 años, que en los años ochenta fue condenado por perpetrar 19 violaciones. Relacionada: El violador de la Feve, condenado a 139 años de cárcel, vuelve a Gijón como taxista
Ya ha cumplido su condena, no hay más reproche jurídico, sólo el moral. Pero es de entender que nadie quiere un trabajador, compañero de trabajo o vecino así, y mucho menos en un ambiente en el que las tiene "tan a mano" que igual vuelve a las andadas. Pero según la Constitución el fin de la pena es la resocialización. Tema peliagudo y complicado. Imagina que una de la víctimas se sube a su taxi.
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Ya ha cumplido su condena, no hay más reproche jurídico, sólo el moral. Pero es de entender que nadie quiere un trabajador, compañero de trabajo o vecino así, y mucho menos en un ambiente en el que las tiene "tan a mano" que igual vuelve a las andadas. Pero según la Constitución el fin de la pena es la resocialización. Tema peliagudo y complicado. Imagina que una de la víctimas se sube a su taxi.