Hace 12 años | Por --241291-- a diaridegirona.cat
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La acampada de los indignados en la plaza Catalunya superó la que se preveía como la noche más temible de todas des de que se instalaron el pasado 19 de Mayo. (Traducción en #1)

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Traducción:
Se sabía que el Barça podía ganar la Champions pero no hasta cuando duraría la acampada. Las protestas pacíficas no se detuvieron y, mientras tanto, se acercaba la noche del día 28 sin que se tuviera muy claro qué pasaría ni cómo actuar. Hasta que el pasado viernes una contundente acción policial para «limpiar» la plaza Catalunya de Barcelona añadió una cucharada de incertidumbre a pocas horas de la gran final. En Barcelona estaban más preocupados que en Girona. Aunque los dos campamentos están en los respectivos lugar de celebración azulgrana, la capital catalana es donde, desgraciadamente, acostumbra a finalizar la fiesta con un baile de bastones entre los antidisturbios y una minoría de eixalebrats, que acaban detenidos.

Así, Girona lo miraba de lejos y al final, como defendían los acampados, no pasó nada. La noche fue una fiesta y al finalizar las celebraciones los mismos «indignados» se encargaron de limpiar la plaza de la suciedad de los culés.

Desmontar el campamento

Antes del inicio del partido entre el Barça y el Manchester en Wembley los acampados en la plaza Catalunya deshicieron las tiendas de campaña-una quincena-y retiraron el material más peligroso, como quien adecua el comedor de casa antes de recibir los invitados. De esta manera, cuando los primeros culés aparecieron para comenzar la fiesta, en la plaza sólo quedaban tres de las seis carpas, una custodiaba la comida y las otras dos resguardaban el material que se había retirado, toldos, pancartas, cartones ... todo lo que podía ser incendiado.

Los «indignados» no crearon un cordón de seguridad entre el espacio de celebración, que fluctúa entre la fuente del centro y el aparcamiento de motos y que, para entendernos, rodea el quiosco de la plaza. De hecho, lo miraban de cerca mientras algunos-con camisetas del Barça-se unían a la fiesta. Y todos acabaron diluidos en una noche sin incidentes.

A la misma hora, en otro punto de la ciudad, tenía lugar «la otra fiesta" o la que organizó el Ayuntamiento como alternativa en la plaza Catalunya. La Copa de la Dehesa acogió una pantalla gigante donde cientos de aficionados se concentraron para ver el partido.

Buena parte así lo hicieron pero al terminar unos desfilaron hacia el centro-lugar natural de celebración-y otros prefirieron quedarse y seguir la fiesta, con barras de bar donde consumir, y cerca de las carpas de verano ya instaladas en la Devesa.

La noche avanzaba dentro de las previsiones-no se registraron incidentes destacados-mientras la policía de Girona seguía los acontecimientos a distancia. Entrada la madrugada, algunos policías «daban vueltas por la plaza pero no nos dijeron nada», explicó un «indignado».

Con la fiesta terminada, los acampados comenzaron a limpiar la plaza. «Había mucha suciedad», aseguró uno. Mientras recogían, unos uniformados «vinieron para decir que no netegéssim, que lo harían los servicios del Ayuntamiento», dijo.

«Un acto de conciencia»

«Uno de nosotros le dijo que limpiábamos porque 'es un acto de conciencia'». De hecho, tras la experiencia de Barcelona, donde la relación «limpieza de los servicios del Ayuntamiento» y «acampados» levanta sospechas, hizo que los mismos acampados optaran por hacer el trabajo.

En una noche más en blanco que en negro, los «indignados» rehicieron el campamento para seguir con una acampada que «no tiene fecha límite».